"Estudio en escarlata"



La lectura “Estudio en escarlata” de Arthur Conan Doyle, cuenta como Sherlock Holmes lleva a cabo una investigación para encontrar al asesino de un caso poco común en las calles de Londres por ese tiempo. Watson, el narrador de esta historia, posee conocimientos que le permiten entender al que es su compañero de cuarto hasta cierto punto, sin embargo, tal como dijo Holmes “es de mayor importancia no dejar que los datos inútiles desplacen a los útiles”. Si bien el narrador de la historia tiene un amplio conocimiento de varias ramas de la ciencia y el arte, no ha obtenido mucha información que le sea de utilidad para su profesión, que es la de ser médico, al contrario de su compañero, que lejos de estudiar y leer escritos de forma azarosa, se concentra en aquellos que pueden agudizar su sentido analítico, de manera que le resulte sumamente fácil el crear deducciones y no solo hipótesis de los casos en los que es convocado.

Sherlock Holmes utiliza el método deductivo durante toda la trama, analizando la realidad de lo que ve y prestando debida atención incluso a las premisas más básicas, comparándolas con conocimientos previos para poder llegar a las conclusiones que la mayoría de las veces son acertadas. Los pasos que él sigue quedan explicados por él mismo cuando le comenta a Watson como es que supo que él fue médico en Afganistán, dejándole en claro que es un fiel seguidor de la observación y de la deducción, recalcando que ese es un hábito del que carece nuestro narrador y por lo cual, le parece increíble lo que hace su compañero de cuarto. Tal como explica el detective, es muy importante prestar atención a los detalles más simples, aquellos que vendrían, en cualquier caso, para poder llegar rápidamente a conclusiones acertadas, tal como hizo al explicar la profesión del marine y de las múltiples huellas del caballo que aparecía en el caso del asesinato.

También, durante la historia, se habla de dos detectives aparte de Holmes, enviados por la Scotland Yard, Lestrade y Gregson, que usan el método inductivo, creando conclusiones a partir de hechos o pistas particulares, sin embargo, dejan pasar premisas básicas, centrándose en el difunto y no tanto en su entorno, llegando a conclusiones apresuradas, tal es el hecho de que, a pesar de que Holmes ya les había dejado en claro que era un asesinato y que el hombre había sido envenenado por otro hombre debido al olor de su boca y a los síntomas post-mortem que presentaba, Gregson asegura que el asesino lo golpeó en el estómago con un garrote, a pesar de que él mismo había afirmado que no había marcas de golpes o signos de pelea. Lestrade, por su parte, afirma que fue una riña causada por alguna mujer y que incluso ella misma pudo haber sido la asesina o la causa de que la persona pudiera haber cometido suicidio, al ver la prueba del anillo que tenía el cadáver y que obviamente pertenecía a una dama. Si bien, el segundo detective se acercó más a la verdad que su compañero, debido nuevamente a que no prestó atención especial a los detalles más básicos erró en sus conclusiones, regresando a pedir la ayuda de Holmes una vez que se dio cuenta de que estas no eran correctas.


Nuestro protagonista, en cambio, prestó debida atención no solo al cadáver, sino también a todo lo que lo rodeaba, la casa en general, la entrada, la misma calle porque la que era obvio que el asesino y la victima habían llegado, las huellas, la distancia entre ellas e incluso las marcas de que podían haber sido de la víctima. Dejando en claro que, antes de hacer cualquier teoría con cada pista que iba encontrando como sus compañeros, prefirió guardar silencio hasta tenerlas todas, siguiendo los pasos que ya habíamos mencionado, analizando cada una de sus premisas y comparándolas con conocimientos que el ya poseía como lo era el calcular peso y masa debido a la distancia de las huellas (incluyendo el saber diferenciarlas unas de otras por la forma) y la altura debido a las huellas dejadas en la pared, además de conocimientos básicos en medicina para explicar el por qué tanta sangre si no había rastros de pelea, acertando incluso en la descripción física del asesino. Otra cosa que los detectives de la Scotland Yard dejaron pasar y que fue de vital importancia para Holmes, es lo que el guardia observó cuando encontró el cadáver, no solo la hora y la condición del mismo, sino qué lo rodeaba y a quién había visto cerca de la casa donde se cometió el atentado. Él mismo afirma que, si se le dan un par de situaciones a una persona, esta podrá decir fácilmente que sucede después, pero que muy pocas son capaces de detenerse a pesar en los detalles para saber que pudo haber pasado antes que desencadenó esos hechos. Holmes no buscaba un asesino en concreto, como sus dos compañeros detectives, e incluso, a mi parecer, tampoco buscaba como es que pudo haberlo asesinado. A él le interesaba saber con exactitud qué había pasado para de esta forma deducir qué era el asesino y así saber que estaría haciendo en ese momento para de esta forma, atraparlo.

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